y tu que pensabas que solo Christian Chavez...
En la Escuela de Magia de Hogwarts no sólo había barbilampiños aprendices de magos, escobas voladoras, túnicas de hechiceros, bolas de Quiddicht o tipos tan feos como el enemigo de Harry Potter, Draco Malfoy. También había armarios, y del fondo de uno de ellos salió el director del internado de estos diablillos aprendices de Tamariz: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore. Lo ha desvelado la madre de la criatura, la escritora J. K. Rowling, en el Carnegie Hall de Nueva York, ante la insistencia de los pottermaniacos que la escuchaban.
El veterano Albus Dumbledore, de la casa Gryffindor, nació en 1844 pegado a una prominente barba de color caoba y blanco, que le da un aspecto entre el personaje que interpreta Fernán-Gómez en «El abuelo» y Ramón del Valle-Inclán. El tal Dumbledore estuvo enamorado de su amigo de juventud Gellert Grindelwald, a quien venció en una vieja batalla entre magos buenos y malos: «Cuando nos enamoramos nos podemos llegar a cegar, pero Dumbledore conoció a alguien tan brillante como él. Y como Bellatrix, él admiraba a esa persona, y de manera horrible, terriblemente fue dejado de lado por él. Sí, así es como siempre vi a Dumbledore -confesó Rowling-. Recientemente estuve en la lectura del guión de la sexta película, y aparecía Dumbledore, al comienzo, diciéndole a Harry: «Conocí una chica una vez, y su pelo...»». Rowling tuvo que escribir una pequeña nota al pie de página para advertir al guionista: «¡Dumbledore es gay!».
Dumbledore se une así a otros personajes de ficción sobre los que siempre se ha rumoreado que podrían haber salido del armario «batmovil», como Robin, o de un armario británico, como el Dr. Watson, elemental para Sherlock Holmes.