Un día, después de comprar fresas, lavarlas y desinfectarlas, nos pusimos a hacer fresas cristalizadas mi mamá y yo, al terminarlas le separamos unas a mi papá para que las probará cuando llegara de trabajar, pero inesperadamente llegó un primo pequeño de tres años con mi tía a visitarnos y sin que nos diéramos cuenta el niño se las comió todas, luego de un rato llegó mi papá saboreándose sus fresas porque él ya sabía que las habíamos preparado, pero se tuvo que quedar con el antojo, por lo menos hasta que salieran las otras fresas del deshidratador, y por desgracia, mi primo tuvo dolor de estomago por dos días.

Desde ese dia he sabido que es mejor comerlo todo que quedarse con el antojo, aunque despues tengas dolor de estomago y/o un leve remordimiento, por breve que sea.